viernes, 24 de abril de 2009

Morrison: El círculo infinito

La ciencia del chamán

Por Diego Luis Forte

El lugar que la leyenda de Jim Morrison ocupa dentro de la cultura occidental es innegable. Aún luego de treinta años su cara está impresa en remeras, posters, revistas, etc; y gente que jamás escuchó a The Doors (y mucho menos leyó sus poemas) reconoce el rostro. Su imagen ha llegado ha convertirse en un ícono social como la cara del Che Guevara. Pero más allá de este tipo de cuestiones, lo que aún subsiste es algo más que un rostro impreso. Una inmensa cantidad de detalles borrosos se cuentan sobre su vida, las drogas, las mujeres, los escándalos. Pero todos los elementos que constituyen la leyenda nunca permiten ver el verdadero concepto que subyace a ella. Por eso es que debe distinguirse entre mito y leyenda: la leyenda suele estar anclada en hechos reales y suele tener matices ficcionales agregados. Lo que importa es el contenido, quién hizo qué, cuándo, dónde. Los mitos requieren forma. No importa el cuándo y el dónde mientras se mantenga la forma básica, es decir, el qué. Es por eso que suele pensarse que es más importante el mito que el hombre. De hecho su estructura precede al hombre. El mito es una estructura permanente referida simultáneamente al presente, pasado y futuro. Morrison es el héroe con brillante armadura dispuesto a matar al dragón y abrir los caminos de la percepción. O abrir cualquier cosa. Es el héroe, y mientras pelee por algo el mito existe. Es más, ni siquiera es necesario que sea él: podría ser cualquiera peleando por cualquier cosa. La estructura lo es todo, la forma lo es todo. Eso es lo que queda de los mitos, la forma. Morrison fue plenamente consciente de esto, por eso prefirió dedicar su vida al mito, aunque surgiera inevitablemente la leyenda. Morrison sabía qué es el mito, sabía que es parte de una cadena, por eso debía mantener la forma del ritual. Descreía de la leyenda porque sabía perfectamente que no había nada detrás de ella, era sólo un grupo de elementos desordenados sin ningún tipo de conexión más que el personaje mismo.

Nota completa en la edición impresa de Lilith Nº 12. En quioscos y librerías.

1 comentario:

  1. Leí esa nota, y la considero indispensable para quienes palpitamos a los Doors. La recomiendo!!!

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